En el día de ayer se dieron a conocer las
sentencias a los militares responsables del centro clandestino de detención La
Perla, en la ciudad de Cordoba. En la misma se dictó cadena perpetua a Luciano
Menéndez. En declaraciones, testigos recordaron a la santacruceña Inés
Magdalena Uhalde y comentaron cómo fue torturada salvajemente.
El fallo del tribunal federal 1 de la ciudad de Córdoba, dictó 28 perpetuas, cinco absoluciones y otras diez condenas. Es el primer juicio en la Argentina de delitos de lesa humanidad antes del golpe militar del año 1976. El mismo, reconoce que estos actos fueron llevados a cabo también durante el gobierno democrático de Isabel Perón.
Entre los sentenciados
se encuentra Luciano Benjamín Menéndez, quien era jefe del Tercer Cuerpo de
Ejército durante la dictadura militar y señalado como el responsable de los
crímenes cometidos en la denominada “Subzona33 - zona 3”, según el organigrama
con el cual los militares habían dividido el país para tareas represivas. Se lo
halló responsable de más de 282 desapariciones, 52 homicidios, 260 secuestros y
656 casos de tortura. Menéndez suma su decimosegunda condena a cadena perpetua.
Durante las declaraciones
en el megajuicio desarrollado en la capital cordobesa, fueron dos los
testimonios que recordaron a Inés Magdalena Uhalde. El de Patricia Astelarra y el de Gustavo Contempomi.
El más estremecedor fue el de Contempomi. Quién contó que además de ver
morir a torturados como a María Luz Mujica de Ruartes vió a “Pampita” -como era
conocida Inés Uhalde- con quien se ensañaron salvajemente: "no sólo la
picanearon y la golpearon por todo el cuerpo sino que la ataron a un auto y la
arrastraron por los caminos. Se llamaba Inés Magdalena Duhalde o Hualde”
precisó el testigo.
Inés había nacido en
Puerto Deseado ya que su padre trabajaba en esa ciudad. Vivió en General Pico y
luego cursó la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Humanidades
de Córdoba. Donde fue secuestrada y desaparecida. La familia contó que cuando
Inés viajó a la Capital Federal para reconocer el cadáver de su hermano
asesinado, manifestó su bronca contra la policía. Motivo por el cual la familia
cree que habría significado su posterior desaparición.
Por Ricardo Villagra
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